FILOSOFÍA
Durante el proceso creativo de la construcción de un instrumento, es importante tener en cuenta las enseñanzas de los grandes maestros de la luthería.
Utilizando los sistemas de «forma externa» y «forma interna» , se intenta emular los modelos de la luthería italiana del siglo XVIII, aprovechando también otras escuelas de renombre como la escuela francesa, la inglesa o la alemana de luthería, no menos importantes e interesantes.
El carácter sonoro de los instrumentos se ve afectado por el tiempo de maduración y el proceso de secado de la madera. Es aconsejable emplear maderas con un tiempo de estacionamiento de entre cinco y diez años ya que, con el paso del tiempo, la madera madura y se incrementan las zonas cristalinas de su estructura celular, absorbiendo menor cantidad de humedad que las zonas amorfas.
Un punto imprescindible a la hora de proyectar un instrumento es la elección de la madera. Es importante que las maderas hayan tenido el tipo de secado adecuado durante el periodo necesario.
El arce balcánido para fondos y cabezas es el que me ha dado mejores resultados, sin olvidar el de origen austríaco. En cuanto a abeto rojo para las tapas armónicas, mi elección siempre se decanta por el abeto de origen italiano o suizo.
El Barniz, el tapaporos y el adelgazamiento selectivo de tapa, fondo y aros son esenciales a la hora de conseguir la características sensoriales deseadas. . Las variaciones de humedad relativa también interfieren en el resultado final del instrumento.
Me reitero, cada instrumento es un mundo y necesita distintos tratamientos y elecciones metodológicas.
METODO DE BARNIZADO
El tipo de barniz es un gran protagonista que infiere en las propiedades acústicas de un instrumento de cuerda fregada ( su timbre, su color, su potencia, su proyección…). Los barnices son cocinados artesanalmente. Al aceite, al alcohol, mixtos…
Ello nos permiten proteger el instrumento de agresiones humanas o del medio ambiente. Deben contar con las características de elasticidad y dureza acorde a las vibraciones a las que se verá sometido el instrumento. De esta manera, un barniz demasiado duro puede craquelar o desprenderse al no ser capaz de soportar las vibraciones del instrumento, mientas que uno demasiado elástico podría enmascarar el sonido debido al alto contenido en resinas blandas.